Cuentan los Selk`nam (onas) que en el principio de los tiempos su pueblo era inmortal conviviendo hombres y dioses.
Las mujeres eran quienes gobernaban despóticamente al pueblo.
Los varones cazaban, cocinaban, cuidaban los niños y cargaban las tiendas y demás elementos cuando el campamento debía cambiar de sitio entre otras tareas.
Las mujeres poseían grandes poderes y según decían eran aliadas de "Xalpen" una gran ballena voraz y de gran apetito sexual que les ordenaba obligar a los varones a proveerle carne en abundancia a riesgo de ser devorados .
Las mujeres eran las únicas que podían comunicarse con los espíritus del inframundo.
El lugar y momento de interacción fisica entre los selk´nam y los espiritus se daba durante la cermonia del "Hain"
La tienda del Hain era un gran toldo cónico de 8 mts de diámetro por 6 de alto que oficiaba de portal entre lo profundo de la tierra, el cielo y el mundo de los Selk´nam.
Durante esta ceremonia de la tienda del Hain emergían los espíritus del cielo y de la tierra para atemorizar a los hombres principalmente a los varones.
Las mujeres con sus poderes lograban controlarlos siendo las únicas que podían ingresar y salir ilesas de la tienda.
A los varones no se les permitía siquiera acercarse a riesgo de ser muertos.
Durante y mediante esta ceremonia las niñas adolescentes eran iniciadas en el conocimiento de los misterios del Hain y el universo adquiriendo para siempre su inmenso poder.
Xalpen, Shoort, Tanu, Keternen, Ulen, Kotaix, eran algunos de los espíritus que aparecían durante el Hain.
El denominado por los varones Kotaix o Halahaches por las mujeres era el esposo de la temida Xalpen y era el único capaz de controlarla.
Cuentan que una vez Krren (el sol) huyó espantado como otros varones de la escena del Hain.
Cuando regresó pasó junto a un arroyo donde escuchó risas y se acercó sigiloso,
...escondido entre los arbusto observó como un par de mujeres mientras se sacaban sus máscaras y lavaban sus cuerpos se reían de los varones a los que una vez mas, como tantas otras, habían engañado disfrazándose de espíritus.
Enfurecido logró contenerse y se alejó sin ser advertido, cuando llegó con sus compañeros contó lo que había visto y tal fue la indignación ante el engaño que juntos regresaron a la tienda del Hain y dieron muerte a todas las mujeres.
Krren golpeó reiteradas veces con una antorcha a su esposa Krrah (la luna) en la cara pero esta logró huir al cielo donde aún continúa escapando de la furia de su marido, las quemaduras y cicatrices producidos por la golpíza aún se siguen viendo en su cara.
Los varones solo perdonaron la vida de las niñas que aún no habían sido iniciadas y desconocían el secreto del Hain.
Desde entonces los varones tomaron para si la ceremonia y dominan a las mujeres atemorizándolas con los espíritus del Hain.
|
KOTAIX |